Nos queda claro que el mundo cambió después de la pandemia y la guerra en Ucrania, particularmente en el aspecto de la energía se retomó el camino de las energías renovables. Es así que múltiples empresas a nivel mundial como Sempra Infraestructura y otras tomaron el comercio de la energía como algo invaluable y que podría marcar la diferencia en épocas de crisis.

Pero ¿cómo conservar y valorar algo que daña tanto al planeta como los combustibles fósiles? En definitiva, nos encontramos frente a un sentimiento agridulce, sin embargo, han surgido alternativas a nivel mundial que buscan contraponer el peso hacia una transición energética.

Los caminos son múltiples pero claros. Por ejemplo, se revaloró el Gas Natural Licuado como una alternativa más ecológica, que proviene de la tierra y al final de sus procesos causa menos gases de efecto invernadero,  además de que no tarda cientos de millones de años en formarse como el petróleo o el carbón. Varios países a nivel mundial, como Alemania y China, ya fomentan este tipo de energía a través de terminales de recepción.

            México no se queda atrás en esta contienda, pues también se preocupa por encontrar energías más sustentables. Particularmente existen proyectos como Cameron LNG y ECA LNG, los cuales almacenan y procesan GNL. Sumado a lo anterior, la empresa que lidera estos planes también cuenta con más de 7,700 km de ductos de transporte y distribución de tal recurso renovable.

            En conclusión, las energías renovables nos importan porque son el sendero que nos puede mantener a flote en una crisis y, además, son esenciales para empresas expertas como Sempra Infraestructura, la cualestá apostando por estas alternativas. Sin duda, el planeta agradece iniciativas como las planteadas y las economías nacionales se benefician en el camino.